domingo, 13 de julio de 2025

0-39 Verdaderas damas alicantinas

   

    Tal vez por aquello que glosara Wenceslao Fernández Flores en una sola frase sobre las excelencias del buen tiempo en Alicante nombrándola como “La Casa de la Primavera”, hubo un tiempo en el que llegando la probidades de ésta, en nuestra ciudad venían a darse todo tipo de visitas y de homenajes.

    Lo mismo daba ...que lo mismo tenía, ya fueran visitas regias, de políticos o de egregios hijos de la Terreta, por la gran importancia que adquirió en representación de Alicante, la visita a su Real Fábrica de Cigarros, también marcó costumbre y uso.

    Bien por la fama de sus labores, bien por la alta concentración de mujeres cigarreras que en ella trabajaban, por ella pasaban tan ilustres personas. Nunca les faltó las muestras de respeto y de admiración de estas alicantinas de casta y de tradición. El entusiasta baño de masas nunca le faltó a ninguna de las visitas. Nuestras cigarreras sabían comportarse y ser cordiales anfitriones.

    Revisando tantas como conozco ...me refiero a las visitas, cronológicamente, hoy hilvanaré esta crónica centrándome primero en una que me era totalmente desconocida y si la extensión no es mucha, relataremos también lo que la prensa alicantina recogió de la visita y homenaje para con uno de nuestros más destacados alicantinos, celebridad internacional que llegara incluso a ser propuesto para el Premio Nobel de la Paz en 1908, 1909, 1911, 1912, 1933 y 1951.

    Comencemos, en la prensa local del día 31 de marzo de 1908, los diarios alicantinos recogían la noticia de la inminente llegada a nuestra bahía y puerto del yate propiedad del súbdito inglés promovido a Sir de la Corona Inglesa por su generosa filantropía, el potentado Thomas Lipton. El nombre del yate era “Erin” y su dueño era poseedor de una gran cadena de comercios de ultramarinos y uno de los más destacados comerciantes mundiales de té: Lipton’s Tea. 

 

Yate "Erin", propiedad del potentado inglés Sir Thomas Lipton

 

    Había dado la noticia el cónsul italiano ...el Sr. Salvetti, y desde hacía ocho días, cargos oficiales, políticos y notables de la ciudad traían de cabeza a sus asistentes y servidumbre en el ir y venir a pruebas de trajes elegantes que ponerse para la etiqueta social del momento.  Fracs con chisteras, uniformes de relumbre con sus medallas recién pulidas y todo tipo de ringorrangos floreados o de visible pluma, danzaron arriba y abajo por la Alicante de aquellos primeros inicios del siglo XX.

    La verdadera protagonista para tanta expectación, no era otra que la princesa Beatriz de Battemberg, la madre de nuestra soberana Victoria Eugenia, reina consorte de Alfonso XIII. Amablemente agasajada por el magnate inglés que puso a su disposición y disfrute su yate, la princesa Beatriz y sus dos hijos varones, Leopoldo y Alejandro, venían deleitándose de un muy agradable crucero por el Mediterráneo.

    Fondear en Alicante traía consigo el objetivo de continuar viaje hasta la corte madrileña mediante ferrocarril para visitar a su hija. La expectación de la ciudadanía era altísima puesto que también se dejó entrever que, su hijo político, Alfonso XIII en persona, le cumplimentaría honores de recibimiento a su llegada a Alicante. Ésta podría haber sido la segunda ocasión en que Alicante fuera visitada por el monarca, su primera visita se dio el 14 de abril de 1905. Por desventura, el rey no acudió a recibir a su ilustre suegra.

 

Beatriz y Victoria Eugenia de Battemberg, madre e hija posan juntas.

 

    Finalmente, aunque el monarca no se dejó ver por Alicante, la visita de su madre política, pese a ser corta en tiempo y breve en actos protocolarios, dio de qué hablar a la prensa y a los alicantinos. Autoridades y miembros representantivos de la rancia nobleza fueron recibidos a media mañana en el yate “Erin” para, después, ir formalizando el desembarco de personas y de equipaje teniendo el Real Club de Regatas como base y referencia. A eso de las 19,00 horas, madre e hijos, y su séquito y llamativo equipaje -70 grandes baúles- saldrían hacia Madrid en el tren expreso que se desvió hasta la Explanada -hoy día Paseo de Canalejas- para que no fueran todos ellos, bártulos y personas, los que tuvieran que desplazarse hasta la Estación de Madrid.

    Sobre las tres de la tarde, habiendo puesto píe en tierra, esas mismas autoridades y pléyade de vasallos monárquicos formaron una llamativa comitiva que, en varios landós descubiertos, mostraron la ciudad a tan importantes visitantes. Les ofrecieron un recorrido clásico: desde el Club de Regatas se dirigieron hacia el paseo de Gómiz y a los balnearios, el paseo Ramiro, la calle Jorge Juan, el Ayuntamiento, calle Princesa, plazas de la Constitución y Castelar, paseo de Méndez Núñez, calle San Vicente, plaza de Santa Teresa, de la Misericordia... y la Fábrica de Tabacos.

 

La imagen no pertenece a la visita a Alicante, pero, por las similitudes entre ambas ciudades, bien nos sirve para ilustrar el paseo en carruaje descubierto. Se trata de Málaga, imagen recogida en la revista Nuevo Mundo el año anterior. Visita de Beatriz de Batemberg a Málaga 21-03-1907

 

    Su administrador, el Sr. José María Casado, a quién se le pasó aviso de la pretendida visita sólo un par de horas antes, apresuradamente improvisó la limpieza y orden de los talleres (1), los pulcros adornos en los mismos, las colgaduras en los balcones y una exposición de labores para que se pudiera observar la calidad de lo que producían las cigarreras alicantinas.

    La expectación en ellas crecía por momentos ante la llegada inminente y cuando la algarabía popular en la plaza de la Misericordia anunció la llegada del cortejo, la recepción en la fábrica fue esplendorosa. A su paso, la princesa Beatriz, acompañada por sus hijos y las esposas de los Sres. Lipton y Crokrane, “...fueron agasajados y vitoreados contestando con saludos y sonrisas que enardecían más y más los animes de las fabricantas, quienes con la fuerza toda de sus pulmones, dirigían frases de salutación a tan simpáticos huéspedes”.

    “Los vivas a la hermosura de la Princesa, se sucedían, y las operarias todas hacían comentarios de la amabilidad y sencillez de la Princesa de Battemberg y damas que formaban su acompañamiento”.

    “Los vítores dados por las operarias y por el numeroso público que invadía los alrededores de la Fábrica resultaban ensordecedores” (2)

 

Fábrica de Sevilla. Las cigarreras expectantes esperan la llegada de los monarcas con los balcones interiores engalanados con llamativos mantones de Manila.

 

    De nuevo en los carruajes, la comitiva partió hacia la Concatedral de San Nicolás. A lo largo de todo el recorrido de vuelta las muestras de admiración y de respeto fueron constantes: los hombres se descubrían y las mujeres inclinaban ligeramente sus torsos. La visita al templo fue breve y fue recibida por el M.I. señor Abad y Cabildo de la colegiata.

    Tras todos estos actos protocolarios, los ilustres visitantes regresaron al yate “Erin” y en un evento algo más íntimo, recuperaron fuerzas sentados a la mesa acompañados sólo por el gobernador civil de Alicante. La prensa recogió que la comida vino a darse sobre las seis de la tarde. Según el horario anunciado para la salida del “slepeer” (3), a las siete desembarcaron de nuevo en el Real Club de Regatas, y a las siete y media, transferidos los equipajes e instaladas las ilustres visitas en el tren, partieron hacia Madrid acompañados por el gobernador civil, Sr. Ojesto. Éste abandonaría el convoy una vez llegado al límite de la provincia.

    Por la prensa les llegará a los alicantinos el agradecimiento expreso de la princesa Beatriz por su cortés recibimiento y amable trato. También por la prensa, a los alicantinos, a la Fábrica de Tabacos y a las cigarreras les quedaba por conocer algunas groseras situaciones que no pasaron desapercibidas para los gacetilleros de pluma acerada y crítica. Según éstos ...de diarios de marcada tendencia liberal ¡claro está!, el Sr. Ojesto, se había pasado tres pueblos al darse el protagonismo que se dio en cada acto protocolario. 

 

Tratándose de los monarcas, la curiosidad de la ciudadanía aumentaba mucho más y la jubilosa algarabía en sus recepciones, quedaba garantizada. Fotografía de Campúa para Nuevo Mundo

 

    En todo momento ninguneó a quién le correspondía representar a Alicante siendo como lo era su alcalde electo, el Sr. Mauricio. Debió de haber sido el alcalde quien encabezara la recepción en el momento de la arribada del yate, quien debiera de haber acompañado a la princesa en el landó... y así en todo. El Sr. Mauricio, elegante y prudente ante la incómoda situación, eludió la polémica y el desaire en atención a la regia visitante. En cambio, el Sr. Ojesto argumentaba posteriormente su defensa, señalando su funcionariado como de dependencia directa del Ministerio de Gobernación y ésta, su obligación para con sus responsabilidades frente a la Corona.

    Pero es que en la Fábrica de Tabacos decían, persistiendo en su gañan protagonismo, también desplazó al Sr. Casado, arrebatándole la condición de amable anfitrión y hasta es muy probable que tuviera la osadía de dar él las explicaciones sobre el proceso fabril que allí se desarrollaba. E igual comportamiento tuvo para con el Presidente del Real Club de Regatas a quien negó toda oportunidad de honrar protocolariamente a sus visitantes y huéspedes.

    Por último, recogían los plumillas el desdén que indecorosamente ofrecieron las damas alicantinas de relumbre habiéndose dejado aconsejar por el siempre incordiante y patán clero, según fuentes oficiosas decían: los malcarados “curicas”, que ya habían tenido que aceptar a regañadientes a la hija, no estaban por la cortesía para con la madre dado de que, ambas, profesaban el descarriado protestantismo como religión. Para curarse en salud, dichas señoras de alcurnia y rango, arguyeron que con tanta celeridad y prisa les había sido imposible el emitir tarjetas de visita e invitaciones, y mucho menos, ponerse a organizar algo. Además, estaban concentradas en la realización de unos muy católicos ejercicios espirituales.

 

Así de pizpiretas y pintureras solían ser nuestras cigarreras: adornos florales y modestia en el vestir. Principios del siglo XX, fotografía de nuestro compañero Ramón Lillo Insa.

 

    Del cruce de directas e indirectas acusaciones llevadas incluso al pleno municipal nada quedó en claro. Cada parte quiso llevar su razón y se dedicaron a darse respuestas cruzadas en la prensa de los días posteriores.

    Lo que sí quedo muy claro, es que los articulistas, habiendo dejado volar la creatividad de sus plumas relatando los pormenores de la visita, les pareció que en la Fábrica de Tabacos, aquella multitud de modestas y humildes mujeres que con tan sólo sus vítores y aplausos habían agasajado a sus ilustres huéspedes, eran merecedoras de la condición de verdaderas damas alicantinas.

    Dos años más tarde, en 1910 y también en el mes de abril, quien visitaría la Fábrica de Tabacos fue nuestro eminentísimo Rafael Altamira. Altamira había dedicado diez meses a realizar una gira por la América hispánica visitando Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Cuba y México. Entre conferencias, discursos y otros actos protocolarios, Altamira participó en algo más de trescientos actos en los que intentó establecer relaciones universitarias y culturales tras el adverso ambiente generado para con España después de los procesos de independencia dados en el siglo XIX.

 

Rafael Altamira y Crevea. De los fondos documentales: Familia Altamira.

 

    Esta iniciativa, que le surge ejerciendo su cátedra de Historia del Derecho en la Universidad de Oviedo, alcanzó tal notoriedad que traspasó todos los límites culturales y trascendió con gran efecto y repercusión en el mundo de las relaciones políticas.

    Su vuelta a España ya venía anunciándole los muchos homenajes que acabaría recibiendo a lo largo y ancho del país ...y en su Alicante no iba a ser menos: fue nombrado Socio de Honor de la Asociación de la Prensa alicantina, se le reconoció como Hijo Predilecto y se le dedicó la que anteriormente era la calle Princesa, pasando a llamarse de Rafael Altamira y entre otros actos, la visita a la Fábrica de Tabacos tuvo connotaciones muy emotivas.

 

Momentos después de haber sido inaugurada la calle Rafael Altamira. La placa fue diseño y obra de Vicente Bañuls. La Hormiga de Oro, 16-04-1910 Fotografía de Manuel Cantos.

 

    En la colaboración que Vicente Ramos Pérez escribiera para nuestro libro conmemorativo “20 de Mayo – Hechos y Dichos de una Tradición”, supimos de la gran relación que mantuvo siempre Rafael Altamira con la Fábrica dada la amistad de su padre con el Administrador Jefe del establecimiento. Recordaba de forma muy emotiva el acercarse hasta ella muchísimas tardes acompañando a su padre en los largos paseos con tertulia que se dedicaban ambos amigos por los alrededores.

    44 años contaba Altamira en 1910 cuando recibió ese homenaje en la Fábrica de Tabacos y tal fue la emoción que le provocaron los elogios y las sinceras salutaciones de las cigarreras, que visiblemente turbado por los cálidos abrazos de aquellas sencillas y laboriosas mujeres que le recordaban y le celebraban a él mismo y a sus padres, tuvo que reclamar el auxilio de uno de sus acompañantes para que le ayudara a salir airoso del trance. 

 

Explosión popular de respeto y celebración por la llegada a Alicante de Rafael Altamira. Salutación desde los balcones del Ayuntamiento. La Actualidad, 12-04-1910  Fotografía de Manuel Cantos.

 

    Las cigarreras ...recogía la prensa, con las flores que adornaban sus peinados y sus pechos, las reunían formando pequeños bouquets que, aunque modestos, desprendían aromas deliciosos y se los fueron entregando uno a uno a modo de homenaje personal. Apoyándose en el brazo de su acompañante, emocionado y algo azorado por las lágrimas que le brotaban, les dedicó las siguientes palabras: “Cada una de estas flores, simbolizará el recuerdo eterno y profundo de todas las cigarreras de la fábrica de tabacos de mi tierra” (4)

    Y tal es así, que Rafael Altamira profesó siempre un gran respeto y una enorme admiración por esas mujeres (5), sobre ellas también dejaría escrito: “Raza trabajadora, chusca y atrevida, de cuyas pullas era prudente precaverse. Gente llena de ardor para la tarea, heroica inclusivo, porque a menudo, para llegar a la Fábrica, tenía que hacer largas caminatas desde poblados distantes de la capital, y siempre simpática. Mal negocio cuando se enfadaban por algo, pero sensibles a toda prueba de consideración e interés por su suerte” (6)

 

Década de los 60. Así de guapas y de joviales seguían siendo las cigarreras alicantinas. Arrancando la década de los 80, dejaron de haber ingresos de mujeres, la empresa tenía puesto su objetivo en profesionales polivalentes. Aquellas sonrisas y juventud de cada relevo generacional, portaban la herencia del orgullo por ser parte de la tradición de una relevante historia laboral. 

 

    Una vez más, las cigarreras de Alicante, con su humildad y con su sacrificado trabajo enarbolados como bandera de orgullo y de tradición, demostraron que sobradamente ...eran verdaderas damas alicantinas.   

  

 Anotaciones al texto y fuentes:

 

 (1) Hasta el total cierre de actividad industrial en 2009, en la Tabacalera de Alicante, siempre se mantuvo esa misma pulcritud frente a cualquier visita ...en los años 80 se nos pasaba la orden tal como si se tratara de convocar a un “zafarrancho de combate”. Todo tenía que estar limpio y reluciente para revista.

      (2) La Correspondencia de Alicante, 01-04-1908

      (3) Un tren “sleeper”, o tren con coches cama, es un tren diseñado para viajes nocturnos donde los pasajeros pueden dormir en camas o literas en lugar de asientos. Estos trenes ofrecen compartimentos privados o compartidos, a veces con comodidades adicionales como baños y duchas.   

      (4) La Correspondencia de Alicante, 08-04-1910

     (5) No hace mucho, acudiendo a una mesa redonda sobre literatura y cine, pude intercambiar algunas palabras con uno de sus biznietos, Javier Ramos Altamira, y haciendo referencia a esta ligazón para con las cigarreras, él mismo me ratificó la noble correspondencia entre las cigarreras y su bisabuelo.

     (6) 20 de Mayo – Hechos y Dichos de una Tradición, 1844-1994, de la colaboración de Vicente Ramos Pérez: “Rafael Altamira, el tabaco y la Fábrica”

 

 Visita de Beatriz de Battemberg: prensa local entre el 31 de marzo y el 3 de abril de 1908. La Correspondencia de Alicante, La Voz de Alicante, Diario de Alicante, El Pueblo y Heraldo de Alicante.

Sobre Rafael Altamira: 

  • La Correspondencia de Alicante, 08-04-1910
  • www.rafaelaltamira.es - "Las calles de Rafael Altamira"
  • www.hojadellunes.com - "Rafael Altamira, Socio de Honor de la Asociación de la Prensa", por José Ferándiz Lozano
  • Archivo fotográfica: Fondo Pilar Altamira 


 

 

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