viernes, 7 de abril de 2023

0-07 Tragedia en el tranvía de La Huerta

      

    De la relevancia que para Alicante alcanzaran la Fábrica de Tabacos y su colectivo laboral, mil y una referencias aparecieron día a día en la prensa local y nacional. No sólo se recogían sus conflictos laborales, sino también su participación en la cotidiana conflictividad ciudadana que se vivía, bien lo fuera por las carestías económicas o de alimentos básicos, tanto como por su entender y su incorporación a los emergentes cambios sociales.

 

Línea hasta Muchamiel a su paso por Santa Faz. Se inauguraría en 1902 y se le conocería como el Tranvía de La Huerta

    Dado el gran número de cigarreras -sobre todo- y de tabaqueros que se desplazaban desde los barrios algo alejados de la Fábrica y desde los pueblos y pedanías próximos como Muchamiel, San Juan de Alicante, El Campello, Santa Faz, La Condomina, San Vicente del Raspeig, Villafranqueza y Tángel  …si no es que me dejo en el tintero y sin nombrar alguna localización más, de todo ese trasiego diario de trabajadores yendo y viniendo de su casa al trabajo y del trabajo a casa, en el reclamo para el buen mantenimiento de los accesos y la ampliación de servicios de transporte colectivo, siempre estuvieron presentes las cigarreras.

 

    Primero a píe y las algo más pudientes, en carruajes; después llegaron el tranvía a sangre, el de vapor y el eléctrico. Con el motor de combustión, los autobuses tomarían más tarde ese relevo como servicio público.

 

    Ahora, …y haciendo un inciso en el relato, ansiamos ganar en tiempo y comodidades para pagar después las cuotas del gimnasio que nos pone a mover “ruedacas” de camión sin miramiento alguno por las licenciaturas y la intelectualidad del trabajo del que puedas vivir. Puro sarcasmo frente a las condiciones laborales de otros tiempos.

 

Septiembre de 1924 marcará la llegada de la electrificación a la red tranviaria de Alicante. El servicio de traccción de mulas cruzándose con la modernidad en la línea a San Vicente

    Retomando el hilo…, la mejora y mantenimiento de los caminos en evitación de los firmes irregulares y de los lodazales, la creación de líneas y la incorporación de paradas próximas a la Fábrica, fueron siempre proclamas en los requerimientos de las cigarreras a las instituciones locales. Los caminos llegaron a tomar su nombre: Caminos de las Cigarreras y las líneas del tranvía, conocido como de La Huerta, llegaron hasta algunos de esos pueblos.

 

    Pero no todo fueron provechos y alegrías, el uso de todo medio rodado, ya fuera de tiro animal o de tracción mecánica, llevaba inherente el riesgo y el peligro de graves accidentes. La prensa histórica recogió accidentes de todo tipo en el ir y venir de las cigarreras: por las avenidas de aguas torrenciales, por los choques entre carruajes, las roturas de ejes y ruedas, vuelcos por animales espantados …y el tranvía no pudo ser menos.

 


    El diario “La Voz de Alicante”, en los días 22 y 23 de marzo de 1906, recogía entre sus artículos el desgraciado atropello que se cobró la vida de María Morant Blasco, cigarrera de profesión. El día 22, obtenida la noticia de oídas, el diario refirió su nombre y apellidos significándola como de edad avanzada, vecina de San Juan y que, siendo sobre las tres de la tarde, en el intento de subir a uno de los coches del tranvía de La Huerta, sus ropas se enredaron en las ruedas causándole la pérdida del equilibrio y la caída a las vías, lo que le provocó la muerte. Su cuerpo quedó horriblemente destrozado.

 

    Al día siguiente, supuestamente algo mejor informados, la fallecida era María Morant Velarde, cigarrera anciana y vecina de la Calle Gasset, en el Garbinet. En la nueva redacción de la noticia, el detalle del accidente se tornó mucho más morboso e impactante:

 “Siendo imposible detener la marcha del tranvía, la pobre mujer quedó destrozada por completo, viéndose entre las ruedas de los coches fragmentos de carne y trozos de ropas.

Una hija de la víctima sufrió un síncope al ver que un perro pretendía apoderarse de los despojos de su madre”.

 

Grabado que dramatiza un atropello por un tranvía

 

    La Redacción del diario finalizaba el breve artículo dirigiendo una grave crítica hacia los responsables del servicio y hacia las autoridades, pues, según ellos, desde la prensa no habían sido pocas las ocasiones en las que se había alertado de un peligro como el que fatalmente se había dado, no llegándose nunca a la corrección que los previniera. 

 

    Señalaron como desdichados factores que alimentaban ese peligro, a la salida de los tranvías a toda velocidad entre un enjambre de personas que cruzan incontroladamente las vías y al público usuario que sube a los coches mientras se estrujan en los estribos y se cambian irresponsablemente con saltos de un coche a otro, una vez en marcha.

 

Conjunto de ilustraciones que enseñaban a la población algunos de los numerosos cuidados y precauciones que se debían tener presentes cuando se viajaba en los vehículos del transporte público. Zig-Zag, núm 1135 - 20/11/1926

    Las frases de cierre definían como de milagrosas a las circunstancias que impedían que, desgracias como ésta, ocurriesen todos los días.

 

 

Documentación          

  • La Voz de Alicante
  • Mi agradecimiento a José Vicente Coves Navarro por su tiempo e interesante conversación sobre el tema que investiga y domina: la historia del ferrocarril. A él le debo el saber de estas reseñas periodísticas.

        

 

 

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