viernes, 23 de agosto de 2024

028 - Pirateando los "Caribes" (2 de 2)

 

Emprendedors “exitosos i campechanos”

 

    Por contra a la ostentación pública del poder que ejercía Juan March Ordinas, nuestro siguiente personaje siempre se mostró muy discreto, tanto para con su vida privada, como para sus “tejemanejes” empresariales y financieros.

 

    De su historia familiar ascendente, decir que su padre, Cesáreo Alierta Perela, abogado y empresario, fue figura condecorada en el ejército nacional durante la guerra civil y a su finalización, prontamente estableció un respetable emporio empresarial, presidió el club de fútbol Real Zaragoza y fue alcalde de Zaragoza. Procuró buenos colegios y buenas carreras a sus hijos.

 

    Nuestro hombre, César Alierta Izuel, empresario, abogado y presidente ejecutivo de Tabacalera entre 1996 y 2000, llegó a Tabacalera designado desde el Gobierno de Aznar y siguiendo la estela de las aguas ya inicialmente surcadas por el socialismo de Felipe González, la privatización de esta empresa estatal la desarrolló sin conmiseración ...ni posibilidad de vuelta atrás.

 

    Ni a él, ni al gobierno del que formaba parte como alto cargo político de confianza, no le preocuparon ni el desmantelamiento del tejido industrial, ni la destrucción de los miles de puestos de trabajo directos, ni siquiera los indirectos y para nada, el efecto negativo en la economía de las zonas en las que desaparecía esa ya largamente centenaria industria. Y muchísimo menos aún se preocuparon por ofrecer una posible alternativa de transformación o de reinversión en otras actividades industriales. El objetivo era el alto beneficio que ofrecía la venta pública de la industria tabaquera española que, en ese momento, ocupaba el quinto puesto del ranking mundial en el sector.

 

César Alierta Izuel, visto por la plumilla del artista Paco Nájera.

 

    A su llegada desde su anterior alta responsabilidad en la Comisión Nacional del Mercado de Valores …tras de sí, ya le venía acompañando cierto ruido de haber prevaricado con fines lucrativos propios y ajenos. En Tabacalera, el pelotazo de César “Augusto” Alierta para sus privados intereses, fue de escándalo. No en vano, tras ser denunciado, el caso se hizo famoso y hasta adquirió nombre propio: “Caso Tabacalera”.

 

    A través de la creación de una empresa financiera fantasma a nombre de su esposa, Ana Cristina Placer y con la implicación como testaferro de su sobrino político, Luís Javier Placer en la gerencia, en el meteórico plazo de sólo seis meses, con una compra-venta de acciones de Tabacalera, se llevaron limpios 309.000.000 de pesetas …aproximadamente 1,8 millones de euros a día de hoy. Llevado ante los tribunales en el año 2002 por el escándalo financiero que se formó, tuvo la osadía y la maestría suficientes como para “marear la perdiz” de tal modo que, pese a quedar probada su implicación directa en el delito de uso arbitrario de información privilegiada, se le absolviera de toda condena por la prescripción del delito en el tiempo: larga cambiada, paso de página y a seguir viviendo a cuerpo de rey.

 

 

Collage del momento en el que fue declarada la prescripción en el tiempo de un posible delito por el uso de información privilegiada de las finanzas de Tabacalera S.A. Como en aquel momento ya era presidente de Telefónica, la tabaquera, a su vez, ya se había fusionado con la Seita francesa y formado el grupo Altadis. Creo que somos muchos los "curritos" de ambas empresas que no le guardamos demasiada estima a su gestión al frente de ellas.

 

    Lo que no trascendió en la prensa es el cómo consiguió manejar el control de esas acciones. El paquete de acciones las promovió él mismo con el fin de aumentar la confianza bursátil del patrimonio social de Tabacalera y muy “cuco” él, y haciendo uso de todo el entramado administrativo de la empresa que le mostraban fe ciega y pleitesía …incluidos algunos de los sindicalistas que se codeaban con él en el consejo de administración como “consejeros laborales de la presidencia”, con la golosa llamada al dinero fácil, le facilitaron el mercadeo de las acciones al ser ofrecidas y muy recomendadas en el entorno laboral de las fábricas de tabacos y demás dependencias.

 

    Tres fueron los modelos de inversión que se les presentó a los trabajadores: el de la inversión y rescate garantizados …aunque de dividendos muy bajos, la misma opción que la anterior con préstamos a bajo interés que te facilitaba la propia empresa y ¡cómo no!, aquel otro que te elevaba a la condición de “casi” gran accionista con el que pecó algún que otro interesado. En todos los casos, la recompra estaba garantizada ¡…a manos de César “Augusto” Alierta!, lo cual le acabó resultando el negocio perfecto.

 

    Los beneficios a todos estos mindundis …en comparación, no les aportó ni para pipas; a César Alierta, por añadidura, le facilitó el hacerse con el 51% de las acciones de Tabacalera. A su paso en el año 2000 a la presidencia de Telefónica, en la sombra, siguió siendo el amo del cortijo: Pablo Isla y Antonio Vázquez, sus sucesores en la presidencia de Tabacalera, fueron sus más fieles validos incluso habiendo sido recolocados después …y respectivamente, en INDITEX e IBERIA.

 

Antonio Vázquez que presidió IBERIA, a la izquierda y Pablo Isla que recaló en el equipo de Amancio Ortega en INDITEX, en el centro, ambos validos y estrechos colaboradores de César "Augusto" Alierta.

 

 

    En este turbio asunto, también Alierta tuvo su “vendetta” personal: como el “Caso Tabacalera” se reveló estando ya en la presidencia de Telefónica y habiendo puesto el diario El Mundo la mordida y presa periodística en el asunto de forma muy insistente, Alierta y Pedro J. Ramírez entraron en guerra personal. Prueba del conflicto fue que Alierta mandó restringir la publicidad de Telefónica en El Mundo y la inmediata defenestración y salida de Telefónica de cuántos delegados o consejeros tuvieran relación con El Mundo.

 

 

Artículo del diario El Mundo 09-01-2002 que también le dedicaba la portada. En este caso, dándole totalmente la vuelta a la genialidad de Severino Chacón comprando las acciones de la Compañía Arrendataria de Tabacos para que la Unión Tabacalera, representando los intereses y derechos de los trabajadores en aquella década de los 20 en el inicio del siglo pasado, pudieran incorporarse a la Junta de Accionista y desde dentro, batallar con la empresa, Alierta, mirando sólo su único beneficio particular, manipuló a los trabajadores de Tabacalera siendo sabedor de que no existe mayor y más estratégico incentivo que ofrecer las ganancias de un dinero fácil ¡El tintineo de las monedas en la bolsa, despierta y alimenta ávidamente a todas las flaquezas de la condición humana!

 

    Sobre el alcance de su poder, David Jiménez, que dirigió El Mundo tras Pedro J. Ramírez, en su libro “El Director” recoge sobre César Alierta:

“El más poderoso entre los presidentes del Ibex era César Alierta. Había construido un formidable entramado de poder e influencia utilizando Telefónica, una de las grandes empresas del país, como su cortijo personal. Se podía caminar por los pasillos de las plantas nobles de su sede y ver en las puertas de los despachos los carteles con los nombres de sus colocados: exministros tanto del PP como del PSOE (Trinidad Jiménez o Eduardo Zaplana), familiares de dirigentes políticos (Iván Rosa Vallejo, marido de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría), cercanos a la realeza como el ex jefe de la Casa Real Fernando Almansa e incluso la realeza directamente. El cuñado del Rey, Iñaki Urdangarin, fue enviado por Alierta a Washington con un generoso sueldo en cuanto empezó a tener problemas con la justicia (...).

 

    A su fallecimiento ya había reunificado todo su patrimonio al amparo de una las sicav españolas más poderosas -así se permitía realizar traspasos desde o hacia otras entidades inversoras sin tener que pasar por el fisco- gestionada por Augustus Capital AM ¡…que curiosa elección de nombre corporativo!, fundada por otro de sus sobrinos, dejándole un patrimonio personal de cerca de 150.000.000 de euros.

 

    Llevado por el enorme amor que le profesó a su esposa y no habiendo alcanzado el deseo de tener descendencia propia, al igual que Juan March, Alierta se dedicó ampliamente al altruismo y a la filantropía como un homenaje a Ana Cristina. ¡Con semejante patrimonio y redes de influencias, no queda resquicio alguno de duda de que así …sí se puede …y lo mejor, sin dolo para el bolsillo propio!

 

Alierta, el emprendedor exitoso y campechano, posando plácidamente en su despacho de Telefónica - El Confidencial 10-01-2024, del artículo de Carlos Hernanz, al reseñar el momento de su fallecimiento.

 

 

   En fin, luces y sombras de dos personajes que, el uno desde fuera y abiertamente contra la Compañía Arrendataria de Tabacos, y el otro desde dentro de Tabacalera y para un muy provechoso beneficio propio, tuvieron su momento de gloria en la historia de la industria tabaquera española. Una industria con el arraigo histórico de cuatro siglos, en la que todos, sin distinción política u ocupación facilitamos lo de ...entre todos la matamos …y ella sola se nos murió.

 

    Como anécdota final en el ejemplo del alcance de la estulticia humana, en Alicante y …alicantino, que no es que nos viniera de fuera, tuvimos a un comunista de carnet de CCOO y de acciones “Puto Patronales” que opinaba que cuánta mayor reestructuración se diera -entiéndanse la aplicación de los insistentes y reiterados Expedientes de Regulación de Empleo, con la enorme amortización de puestos de trabajo y con los cierres de fábricas como única salida-, mejor para la cuenta de resultados de la empresa haciendo que sus pretendidas ganancias personales ¡…aumentaran!

 

    Este “idiotosincrásico” ejemplar -encargado de departamento …para mayor indignación ajena- fue de los que compraron un muy buen número de acciones que ofreció César “Augusto” Alierta. Para su desgraciado “cuento de la lechera”, los beneficios le fueron pocos, pero, en cambio, al cierre de la factoría alicantina, la suerte le vino dada no teniendo que pasar por el mal trago del traslado geográfico, alejándose de la familia y de las raíces. Se quedó “prejubilado” y tan tranquilo, en casa.

 

 Empezaban ya a sobrarnos tantos …y muchos, gilipollas, piratas y filibusteros.

 

 

 

027 - Pirateando los "Caribes" (1 de 2)

 

Lladres sense mesura

 

    Dado de que en estas crónicas, el orden cronológico no es necesariamente determinante para la comprensión de cada una de ellas por sí mismas y ya que hemos estado revisando la relevancia de algunas personas vinculadas a la historia de la industria española del tabaco, pondremos la atención sobe dos pesos pesados que llegaron a alcanzar la gloria de convertirse en dos buenos “personajes”.

 

    Por sus vidas y por sus acciones en el ámbito de la tabacalera patria, bien puede calificárseles como dos filibusteros …dos piratas de mucho cuidado. Ambas definiciones no están usadas al azar, sino que serían el retrato perfecto de sus alevosías: los piratas actuaban a libre albedrío y saqueaban y atacaban a sus presas por el exclusivo beneficio y lucro personal; los filibusteros actuaban de igual modo que los piratas, pero, además, crearon la Hermandad de la Costa -la del Caribe y alrededores- y se aplicaron de firme en el contrabando de todo tipo de mercancías. 

 

 

"Caribes" producto emblemático de nuestra Tabacalera S.A. - "Para selectos fumadores de cigarros" ...era su eslogan de venta.

 

 

    Y ya que estamos en los preliminares, usar el símil de «Pirateando los “Caribes”», lleva la intencionalidad de relacionarles aún más con la Tabacalera a través de uno de nuestros más distinguidos productos en antaño:  los cigarros Caribes …para selectos fumadores de cigarros. Dicho esto, arrancamos con la crónica. 

 

    Habiendo quedado anunciado ya en la crónica nº 12 que hablaría de él, Juan March Ordino, a quien sus convecinos de Santa Margalida …un pequeño pueblo del terruño profundo mallorquín, apodaron “En Verga” por el accesorio -una vara- que usaba su familia para desenvolverse en la que fuera su primera profesión y sustento: la crianza de ganado porcino, será nuestro primer personaje.

 

    Y haciendo uso de una de sus distintivas frases, él solo hará sus propias presentaciones: Si robas un pan, te llamarán ladrón. Si robas un millón, te dirán estafador. Pero si robas cientos de millones, te llamarán magnate y se arrodillarán ante ti” - Juan March. Bajo este crudísimo precepto y con dos de sus empresas más notables e importantes, su vida, su obra y sus pecados quedarán explicados.

 

 

Juan March Ordino, en el umbral de una de sus propiedades - Año 1949, fotografía realizada por Dmitri Kessel, del fondo documental de LIFE Photo Collection

 

    Con la fundación de la naviera Compañía Transmediterránea en 1916 le quedó ajustadísimo como un guante el que fuera su otro sobrenombre y gloria: el último pirata del Mediterráneo. Así le quedo puesto por el político conservador y nacionalista Francesc Cambó …y no se equivocó. Escarceó “amoríos” con toda clase de condición y política: fue monárquico, diputado a Cortes por Izquierda Liberal, reconvenido y acomodaticio primoriverista, fervoroso republicano, conspirativo faccioso, agradecido franquista …germanófilo, anglófilo, insaciable neocapitalista y tantos otros posicionamientos más como los que le fueran provechosos en todos sus negocios y chanchullos “gansteriles”.

 

    Se hace curioso el detalle de que, si bien pasó a la triste historia reciente de nuestro país como el avalista y el fiador financiero de la sublevación golpista de julio de 1936, anteriormente, en 1930, un comité revolucionario le pidió ayuda financiera para derrocar a la monarquía e instaurar la República ofreciéndole a cambio respetar sus negocios una vez hubieran triunfado. En ese momento, Juan “En Verga”, no estuvo por la labor; lo más probable es que con su Banca March, fundada en 1926, ya anduviera en tratos con los conspiradores militares del primer intento de golpe de estado contra la II República: la Sanjurjada, en 1932.

 

    Poco o ningunos fueron los “ascos y melindres” que le hiciera a cualquier negocio que le produjera mucha más riqueza y que aumentara su poder. En 1955, incluso, y para limpiar su imagen ante la sociedad española, a modo de mecenas y de benefactor de las artes y de los fines sociales, imitando a sus homónimos Rockefeller y Carnegie, creó la Fundación Marcha que, por supuesto, por la puerta de atrás, le seguía revirtiendo beneficios a través del complejo entramado financiero y fiscal diseñado. En el momento de su fallecimiento en marzo de 1962 tras sufrir un gravísimo accidente de automóvil, su fortuna personal le colocaba en un nada desdeñable séptimo puesto del ranking mundial. 

 

 

En la fotografía superior, la sede de la Banca March en Palma. En la inferior, el edificio de la Fundación March en Madrid.

 

    Desde un muy pronto abandono de los estudios de Comercio que le procuró su padre con el fin de afianzar el negocio familiar, Juan March mostró una capacidad innata y muy ambiciosa para ganar dinero: desde niño ya prometía …en su pueblo natal, vendía a los chicos mayores caladas de cigarrillos a razón de cinco céntimos por cada una.

 

    Y como el asunto del tabaco no era un negocio insustancial, fijó en él su atención y fue adquiriendo empresas tabaqueras en el norte de África a todo lo largo y ancho de los protectorados de España y Francia, y se enfrentó muy denodadamente a los intereses del monopolio estatal de la Compañía Arrendataria de Tabacos …posteriormente, Tabacalera S.A. Tuvo en su sobresaliente haber, el hacerse con el mercado exclusivo del tabaco en las plazas militares de Ceuta y de Melilla …¡y los enemigos de España, eran los moros!  

 

    El contrabando a través de sus propios buques y compañía naviera, le fue tan rentable que le hizo imbatible en el mercado negro frente a los altos precios y la cuestionable calidad de los productos nacionales. Compró, sobornó y corrompió a cuantas personas y estamentos se hizo necesario: políticos, accionistas, Cuerpo de Carabineros, Guardia Civil, comerciantes, empresarios, ciudadanos de pueblos enteros que sobrevivían con el negocio del contrabando, etc.

 

 

Producto y fábrica de la marca Juan March Ordino.

 

    En esta línea ascendente y prácticamente sin obstáculos, se topó con la incorruptibilidad de un hombre íntegro y de honor; Francisco Bastos y Ansart, teniente coronel de ingenieros, escritor, político y director gerente de la Compañía Arrendataria de Tabacos entre 1922 a 1925. Este hombre entendió que para atajar convenientemente el problema que le producía fiscalmente y en devengos el contrabando, debía de implementar mejores salarios a los servidores del Resguardo del Tabaco -ya fuera marítimo o terrestre-, dotarles de más medios y de mejores recursos y sobre todo, actuar firmemente en la raíz del problema denunciando frontal, públicamente y con decisión a Juan March.

 

Fábrica en Orán propiedad de Vicente Jorro Tours, alteano que en 1876 se instaló en territorio argelino levantando tres factorías de tabacos. En 1904, vendido a Juan March el 50% del conjunto de sus negocios, ambos pasaran a ser socios y en adelante, estrechos colaboradores en cuanto proyecto desarrollara March. Uno de sus mejores clientes ...y  a la vez plataforma para extender el contrabando, fue el ejército. Ya fuera español o francés, en los dos protectorados del norte de África, sirvieron de mercado y de vehículo para el trasiego del tabaco de March, allende su origen en Orán.

 

 

    Para desgracia de sus males, el nivel de corrupción institucional y político que se gastaba March hizo que el intento fuera fallido y que le supusiera la destemplada salida del cargo. Restituir su honor y credibilidad, le obligó a investigar a fondo la obra y miserias de su oponente. Con lo recopilado, a modo de diario novelado sobre la propia vida de Juan March …rebautizado como Juan Albert en el libro, Manuel Domínguez Benavides, escritor y militante comunista, publica “El último pirata del Mediterráneo” provocando entonces una gran conmoción social.

 

    Enfurecido ante el agravio recibido, Juan “En Verga” ordenó la compra y posterior destrucción de cuántos ejemplares del libro salieran a la venta, aunque, no pudo evitar que se imprimieran 15 ediciones. 

 


 

 

    De esta su furia y de sus maneras gansteriles, también le persigue una leyenda negra personal: en su biografía puede contarse el oscuro pasaje de la muerte violenta - encarnizadamente cosido a puñaladas- del hijo de uno de sus socios y amigo de la familia, Rafael Garau, a quien para su mortal desgracia se le había insinuado por escrito una muy almibarada enamorada Leonor Servera, la esposa de Juan March. La misma leyenda insinúa que Garau y Leonor llegaron a ser amantes. A Juan March, pese a ser señalado por todos como responsable del asesinato de Garau, no se le tocó un solo pelo.