domingo, 30 de abril de 2023

0-09 Encarnita "La Cigarrera" - Ilustres Anónimas

       

         Próspero Merimée, al publicar en 1847 su “Carmen”, contribuyó sobremanera a la visión misteriosa, primitiva y exótica que los viajeros románticos tenían preconcebida de la España del XIX. De su literatura y pluma arranca el mito de Carmen, gitana, analfabeta, mitad ángel, mitad demonio, poseedora de una belleza tan a la vez ideal, como lasciva. 

         Morena de ojos grandes y negros, fina de altivo y gallardo talle, seductora de hombres y emancipada de ellos. Ni ama ni se equivoca, ella es quien somete. Pero negra fue su suerte, como sus ojos, que se cerraron por un mal querer. Y esa Carmen “la cigarrera”, quedó en la Historia para el ensalzamiento de las cigarreras de Sevilla.

 

Carmen, el mito más racial y libertino sobre las cigarreras en el romanticismo del siglo XIX
         

 En 1872 sería “Rosa, la cigarrera de Madrid”, novela escrita por Faustina Sáez de Melgar, la que nos ofrecería otro prototipo de mujer cigarrera y no menos “de armas tomar”. Rosa es una mujer del pueblo, amante de un hombre ya casado, denostada por todos por esa pecaminosa relación pero que, rebelándose contra todo y todos, capitaneará una partida de facinerosos y como cigarrera será una animosa activista en los motines revolucionarios de Madrid en 1854

 

Tres de las ilustraciones de Eusebio Planes para la novela de Faustina Sáez de Melgar: Rosa "la cigarrera de Madrid", como frágil muchacha mancillada, activista cigarrera y capitana de forajidos.     

 

Para A Coruña, Amparo sería la que se popularizarìa de la mano de Emilia Pardo Bazán en su novela “La Tribuna” de 1883. En la obra de Pardo Bazán, Amparo se presenta como una mujer inteligente, aunque ingenua hasta el punto de verse burlada en amores, de clase obrera y pobre pero culta porque sabe leer, con la conciencia de clase que preconizaba la igualdad social y es una mujer anhelante de una política progresista protagonizada por la libertad y la república.

Será también Amparo, un personaje ficticio que traspasará la condición del mito y que aportará la nueva imagen de la cigarrera como mujer obrera, luchadora y solidaria. Con Amparo arrancará el mito de las cigarreras como mujer comprometida en las reivindicaciones feministas. 

 

Con Amparo, las cigarreras adquirirán el protagonismo de un nuevo mito: la mujer trabajadora, solidaria y luchadora por sus derechos.

 
 

Sevilla, Madrid y A Coruña, como ciudades en las que hubo instalada una Real Fábrica de Tabacos, tuvieron el privilegio de añadir estas tres historias, las de Carmen, Rosa y Amparo, a las múltiples historias de las cigarreras anónimas, …reales, …las de carne y hueso, aquellas que, efectivamente, y no sin esfuerzo y sacrificios, pelearon por sacar adelante a sus casas y a sus familias. Todo ello a la par que cada una, y a su modo, contribuía en la revolución de las condiciones sociales, rompiendo moldes y barreras.

Y Alicante no fue menos. Aunque totalmente anónima y oculta para los grandes titulares, en nuestra ciudad, en nuestra Fábrica, hubo una de esas mujeres que quiso romper con los estándares sociales preconcebidos de un mundo sólo para los hombres: el mundo del toro y del toreo.

La primera crónica que encuentro en prensa sobre Encarnita “La Cigarrera” hace referencia al día de su debut como novillera en la Plaza de Toros de Alicante. El día 29 de marzo de 1936, Encarnita hace su presentación en público junto a Rafaelito Esplá -quien fuera el primero de la saga taurina de los Esplá- y al día siguiente, en el diario “La Voz” de Madrid, la crónica taurina firmada por Febus, la trata con excesiva dureza y frialdad. El resto de la escueta crónica fue más benévola con los novilleros hombres aunque tampoco realizaran faenas de relumbre.

 


                “Febus” era uno de los muchos seudónimos que usó en su polifacética vida periodística Jaime Menéndez Fernández, quien, en su currículum y entre otros reconocimientos, tiene en su haber el ser el primer periodista español que trabajara en el New York Times, destacado analista de política internacional que vaticinara el avance y las consecuencias de los movimientos nazi y fascista, masón por pasión, comunista por carnet …y redactor de pluma dura y agresiva.

                En cambio, el día 31 en “El Liberal” de Murcia, la crónica taurina de Don Diquela es más detallada y sorprendentemente, contraria a lo que escribía Febus. Tras Don Diquela estaba el escritor Agustín López Palacios, redactor especializado en el mundo taurino y con varias publicaciones sobre la tauromaquia. De la crónica que escribe sobre Encarnita, cabría destacar el que la nombrara como “operaria de esta fábrica de tabacos” ya que, directamente nos relaciona el sobrenombre taurino con su pertenencia laboral en la industria del tabaco. 

 


 

                En la prensa local, en “El Luchador” del 15 de julio de ese mismo año, su redactor nos informa de que Encarnita se integra en la empresa de espectáculos taurinos “Espectáculos Lucentum”, conformando plantilla junto a los novilleros Pepito Ripoll y Rafaelito Esplá, la troupe humorística de “Daniel y su familia” y la afamada banda cómica “Los Claveles”.

                Del propio diario “El Luchador” son el restante de las crónicas en las que aparece Encarnita “La Cigarrera” antes de perderle definitivamente la pista. Sólo nos aportan datos de su participación en esas lides de espectáculos taurinos, en este caso benéficos, pero que se dieron en un tiempo y en un entorno histórico muy desgraciado: el bombardeo aéreo del 21 de noviembre de 1937.

 

"El Luchador ", días 19 y 20 de noviembre de 1937

 

                Los días 19 y 20 de noviembre, “El Luchador” incluye entre sus crónicas la propaganda de un evento que irá dedicado “A beneficio de Asistencia Social para Abolición de la Mendicidad”. Quedó fijado para el domingo 21 de noviembre, a las 15,45h. En ese mismo día, en las primeras horas de su amanecer, los barrios alicantinos de San Antón, San Fernando, el Plá del Bon Repós y el de Carolinas sufren la primera pasada y bombardeo de la aviación facciosa.

                En una segunda pasada, el bombardeo afecta puntos dedicados a hospitales y refugio en Campoamor, en las proximidades al Panteón de Quijano, en la calle Manuel Azaña y el refugio de la calle La Huerta. Pese a la “suerte” de que muchas de las bombas no llegaron a explosionar, los daños materiales fueron cuantiosos y el número de víctimas alcanzó los 28 muertos y más de setenta heridos de diversa consideración.

                El extenso relato del bombardeo aparece en el diario en su edición del día 22 añadiéndose, además, una breve reseña que anuncia la suspensión del evento y la decisión de trasladar su realización al domingo siguiente, día 28, como era de esperar, ahora ya destinado a ayudar a las familias de las víctimas. 

 

"El Luchador",  22 de noviembre de 1937


 

Por más intensa que ha sido la búsqueda, no he podido localizar fotografía alguna que pudiera mostrarnos a Encarnita. La muchacha fotografíada es Milagritos Peris, su compañera de lidia, valenciana e hija de un ganadero de reses bravas, tomó como nombre taurino "La Vaquerita", esta fotografía pertenece a la revista ¡tararí! de 08-08-1935

 

                El día 27 aparecerá un recordatorio animando a la participación dada la necesidad de la ayuda y el 29, la crónica del evento benéfico taurino nos ofrece los datos de un regular aforo, de las aseadas faenas de los participantes y de un breve “Con voluntad y valentía actuó Encarnita «La Cigarrera» “

                Encarnita, nuestra cigarrera alicantina, nuestra ilustre anónima …pero de carne y hueso, reunió la voluntad, la valentía, el carácter, la lucha y el arrojo necesarios para, como las Carmen, Rosa y Amparo de los mitos literarios, ser una mujer diferente. Los tiempos que corrían no le fueron favorables.

 

Todos los tópicos sobre el mito de Carmen, recogidos en una sola imagen.


 

 

Documentación          

  • Recopilatorios de ..... Alicante, 1936 - Varios autores
  • Hemeroteca Digital-Biblioteca Nacional de España
  • Biblioteca Virtual de Prensa Histórica 
  • Quiero mostrar mi agradecimiento por la amable atención que me prestaron Mariló y Miguel, del Museo Taurino de Alicante, ya que con su valiosa colaboración, el contenido de esta publicación pudo ir construyéndose. 

viernes, 7 de abril de 2023

0-08 Teniu ...¿voleu fumar-vos un puret?

 

    En la rutinaria vida laboral de la Fábrica de Tabacos, de tanto en cuanto venía a darse alguna de esas situaciones que, a modo de anécdotas, van dando vivo colorido al relato de cuánto hubo ocurrido en tantos años dentro de sus dependencias.

 

    En esta ocasión la cosa rozó el espíritu surrealista del cine “berlanguiano” tanto por la simpleza del momento y como por la picardía de los participantes. A media jornada, en el turno de mañana, un día nos aparecen en la Planta Preparación de Rama, dos números de la Guardia Civil ataviados con aquellos imponentes uniformes verde oliva oscuro cruzados por correajes de cuero negro, mosquetón al hombro y el famoso tricornio acharolado.

 


    Los acompañaba un técnico judicial que cargaba con un gran cartapacio que contenía la documentación necesaria para la destrucción de lo que portaba un achacoso carromato gris: como unas diez a quince cajas de puritos “Tarantos” y “Victoria”, y otros tantos grandes sacos que acogían en su oscuro seno un buen número de billetes taladrados previo a su destrucción y los confetis que habían generado esos orificios.

 


    La verdad sea dicha, lo que resultaba más llamativo eran aquellos dos guardias civiles armados. Su presencia allí se debía a que, derivados desde la Hacienda Pública, aquellos sacos con dinero a inutilizar y aquellas cajas de tabaco decomisadas, iban a ser incineradas en nuestro quemadero de basura. Los guardias civiles custodiaban la carga del carromato y el técnico judicial tenía la obligación de redactar la acta que diera fé de su destrucción.

 

Vista de planta sobre planos de la Fábrica de Tabacos


1._ Sala de la caldera, 2._Sala del quemadero de basuras, 3._ Bocas de extracción de cenizas
 

 

    En aquella década entre los 80 y los 90, la Fábrica todavía disponía de un quemadero de basuras que en la Planta de Preparación de Rama, ubicaba su sala y sus hogares, y en la planta inferior con acceso por el pasillo lateral, las portezuelas de retirada de la ceniza. El personal masculino de Servicios Generales era el encargado de su encendido, de su alimentación y de la retirada de sus cenizas.

 

Vista aérea de la ubicación de la sala de la caldera y del espacio de la extracción de cenizas del quemadero


Chimenea de humos del quemadero de basuras


    Una vez ya presente el Interventor de la Fábrica en aquel grupo de personas que se reunieron en la sala del quemadero, se procedió al recuento de efectos y a su lanzamiento a las llamas que debían de incinerarlos. Hasta ahí, todo bien, …y bajo control, pero en la planta inferior y en la boca de retirada de cenizas, el operario que solía encargarse de aquella labor, con el largo rastrillo que manejaba arrastrando las cenizas, sacó dos o tres cajas de puritos, arrebatándoselas a las voraces llamas.

 


    Las escondió en la sala de la caldera que, es la que le venía más a mano, cogió algunas cajetillas, sacó los puritos y se puso unos cuantos en el bolsillo superior del buzo de trabajo. Este buen hombre, pícaro …sí, pero un encanto de persona, tenía el hablar algo atropellado y acelerado, y eso hacía que algunas de sus frases se parecieran más al “ratatataaaá” de una ametralladora que al habla de un ciudadano locuaz.

 

    Cargado con su botín, subió por las escaleras que comunicaban aquellos dos puntos de la Fábrica y llevándose las manos atrás, sujetándoselas a la altura de los riñones, se acercó al grupo de personas que todavía aún permanecían en la sala del quemadero; una vez junto a la pareja de la Guardia Civil, le dió por entablarles conversación realizándoles preguntas de cómo iba la “cosa”, ¡Qué tal la jornada! ¡Menudo día nos ha salido hoy! ¡Qué lástima de tabaco! ¡Si los billetes fueran güenos! …y de pronto, llevándose la mano al bolsillo, con todo el aplomo del mundo y con la gentileza de todo un caballero, les ofrece unos puritos por si les apetecía fumar.

 


    A aquel pícaro personaje no se le ocurrió mejor cosa que ir a ofrecerles “fumeteo” a aquella pareja que vigilaba lo que, supuestamente, se estaba destruyendo. Con qué pícara gallardía se paseaba después aquel mutxameler mientras repetía una y otra vez aquel ofrecimiento de “teniu …¿voleu fumar-vos un puret?”